Gasoducto Néstor Kirchner, una obra clave para la República Argentina que ahorrará U$D 4200 millones anuales.

En un evento liderado por el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el ministro de Economía, Sergio Massa, se llevó a cabo la inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK). Con la finalización total, se estima un ahorro de hasta 4.200 millones de dólares. -Por Moisés Solorza (exsecretario de energía de TDF)

La inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner del dia de hoy donde conmemoramos el 9 de julio es una excelente noticia para todo el país, y para cada uno de nosotros, una obra de ingeniería maravillosa que marcará un antes y un después en el sector energético de nuestro país.

Esta iniciativa estratégica no sólo consolida nuestra soberanía energética, sino que también genera un ahorro significativo en divisas, al sustituir importaciones por un valor estimado de 4200 millones de dólares.

Sin duda, se trata de una inversión considerable, pero que brinda un ahorro significativo: con la plena operatividad del gasoducto, se espera un ahorro de hasta 4.200 millones de dólares. Actualmente, el ahorro estimado es de 2.200 millones de dólares, lo cual iguala el déficit negativo que tenemos en términos de importación de gas.

Además, es importante destacar que tendremos acceso a un gas más económico. Nuestro gas tiene un costo de 3 a 5 dólares por MBTU, mientras que el gas que importamos se paga a 17.5 dólares por MBTU. Esto implica que, en el caso del consumo residencial, se lograrán ahorros en subsidios, y en la industria se mejorará la rentabilidad, reduciendo así los costos. Esto, a su vez, incentivará la inversión y generará más empleo.

El Gasoducto Néstor Kirchner se erige como un símbolo del esfuerzo conjunto y la visión a largo plazo del gobierno, enfocado en promover la autonomía y la sustentabilidad en materia energética. Gracias a esta ambiciosa obra de infraestructura, estamos fortaleciendo nuestra capacidad de producción y distribución de gas, disminuyendo nuestra dependencia de fuentes externas y asegurando el abastecimiento interno de energía.

Tenemos un gran potencial por aprovechar. Confío en que estas políticas se profundizarán gobierno tras gobierno. Estoy convencido de que para el año 2030, las exportaciones de hidrocarburos superarán a las de otros commodities y que tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, tendrá al menos 1 planta de exportación de GNL y la situación interna absolutamente resuelta, tanto para la electricidad producida a gas natural, como las redes domiciliarias e industriales con los enormes volúmenes que tenemos.

La magnitud de esta iniciativa nos permite proyectar un futuro promisorio para la industria energética argentina. No solo se estará generando empleo y desarrollo en la región sino que aumenta el desafío de la cuenca austral, que debe urgentemente buscar inversiones para generar valor en origen con mano de obra argentina, sino que también habrá un impacto positivo en toda la economía nacional.

En este sentido, hacemos un llamado especial a la provincia de Tierra del Fuego, destacada por su riqueza en recursos naturales, para que se sume a este impulso transformador. La adición de valor al gas proveniente de la cuenca austral será fundamental para potenciar nuestra industria y fomentar la creación de empleo local. Al invertir en tecnología y desarrollo, podemos diversificar nuestra matriz productiva y aumentar la competitividad en el mercado interno y saldos para agregarle valor en origen.

El ahorro de miles de millones de dólares en sustitución de importaciones nos brinda la oportunidad de destinar esos recursos a inversiones clave en sectores prioritarios para nuestro país.

Algunas voces críticas señalan que se tardó demasiado en la ejecución de este proyecto, pero es importante comprender que Vaca Muerta, una de las reservas más grandes de gas y petróleo no convencional en el mundo, recién comenzó en 2012, ya que no contábamos con la tecnología necesaria.

La inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner representa un hito histórico que nos llena de orgullo como nación. En un contexto global caracterizado por la transición hacia energías más limpias y sostenibles, este proyecto se alza como un testimonio de nuestra capacidad para avanzar hacia la autosuficiencia energética.

Hoy en día, poseemos el conocimiento y la industria se encuentra en pleno desarrollo. Argentina revertirá su balanza negativa y se convertirá en un proveedor de gas para Sudamérica y gran parte del mundo.

Un dato curioso: Añelo, el epicentro de Vaca Muerta, depende de garrafas de gas, como en Tierra del Fuego, por lo tanto, es cierto que aún nos queda mucho por avanzar, pero este es un gran paso adelante.

Por otro lado, la próxima llegada del tren norpatagónico transformará la realidad de Añelo. Este tren impulsará su crecimiento y permitirá a las empresas ahorrar 80 millones de dólares cada 4 años.

El principal desafío es construir una Argentina moderna y sostenible, con una provincia integrada a esa planificación, donde el sector privado y el Estado trabajen juntos, tal como lo han venido haciendo.

Un párrafo aparte me merece la intervención del a Vicepresidenta que no es posible que sigan las tarifas en dólares, Tiene razón, hay que desdolarizar las tarifas de los servicios públicos. El mercado argentino necesita expandir y producir con energía barata para el mercado interno y exportar en dólares es por ahí el camino que ya lo realizó la argentina durante la «década ganada» liderada en la planificación por Julio Devido, de quién pocos se acuerdan el dia de hoy, pero que es sin dudas el ideólogo mas importante que tuvo el país durante muchísimo tiempo diseñando y planificando los planes federales que por ejemplo tendieron más de 14 mil kilómetros de líneas de alta tensión y creación del SADI y el desarrollo nacional en infraestructura memorable.

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