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EMPRESAS

Histórico: son tres las refinerías paralizadas en la Argentina y otras tres se encuentras al límite

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La continuidad en el derrumbe en las ventas, que desde el arranque de la cuarentena a esta parte bordea el 90 por ciento, colocó al entramado de instalaciones de procesamiento de crudo en una situación inédita en términos de sobreproducción. La paralización de las refinerías es un proceso que ya tiene un alcance mundial. En todos los países que elaboran combustibles está ocurriendo lo mismo que en la Argentina.

La ausencia de la demanda, derivó en un contexto particular que en las últimas horas devino en histórico: con el freno total de las instalaciones de Refinor en la provincia de Salta, suman tres las refinerías que dejaron de operar por carecer ya de capacidad de almacenamiento.

Previamente, antes de esta parálisis en el norte del país se detuvieron la planta industrial de la estatal YPF en Plaza Huincul, Neuquén, y las instalaciones de Raizen -licenciataria de Shell en Argentina- en Dock Sud, en el conurbano bonaerense.

Al mismo tiempo, otras tres se encaminan hacia una instancia similar si no se genera un repunte rápido en la comercialización. Según indicaron a iProfesional referentes del sector, la refinería de YPF en Luján de Cuyo, provincia de Mendoza, opera a la mitad de su capacidad y cayendo. Algo similar comenzó a tomar forma en la planta de la estatal en La Plata, y también se registra merma en la estructura de procesamiento de Trafigura en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca.

Así como se «apaga» la elaboración de naftas se intensifica la preocupación de los trabajadores del segmento.

La paralización de las tres refinerías, sumado al declive de las plantas todavía en funcionamiento, coloca a la Argentina en una situación también sin parangón: por una ausencia casi total de la demanda y el lleno total que muestran los tanques, la elaboración de naftas como actividad en sí está a un paso de detenerse. Continuar con el refinamiento, reconocen off the record en algunas compañías, en buena medida dejó de tener sentido a partir de un stock que hoy no encuentra clientes.

En el ámbito del refinamiento señalan que una decisión así -siempre de vigencia temporal, por supuesto-, no complicaría el abastecimiento posterior de las estaciones de servicio dado que las plantas pueden retomar el 100% del funcionamiento en un lapso menor a una semana.

«Esto es histórico. Lo más común ha sido siempre la existencia de una escasez en los combustibles. Que la nafta no alcanzara para abastecer a todos, también los faltantes. Nunca había ocurrido que existiera este sobrante y menos porque no hay movimiento en el consumo», reconoció ante iProfesional Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA.

«La paralización de las refinerías es un proceso que ya tiene un alcance mundial. En todos los países que elaboran combustibles está ocurriendo lo mismo que en la Argentina y no por efecto de una cuarentena. Lamentablemente, la caída del petróleo WTI viene complicando todos los números del sector fuera de nuestro país y por eso la paralización de las refinerías está dejando de ser novedad», dijo.

Consultado respecto de la sobreoferta y un eventual efecto de abaratamiento del precio de las naftas a partir de ese mismo exceso de producción, Bornoroni descartó la posibilidad. «Si las petroleras vendieran hoy por debajo de los precios en el cartel estarían directamente colocando el producto a pérdida. Se ha sostenido el valor a partir de los mismos costos que tienen las empresas. Bajar el precio complicaría todavía más la situación», aseguró.

FUENTE: iprofesional.com

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