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ENERGÍA

Las claves del impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en la energía Argentina en plena negociación con el FMI.

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El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania disparó los precios del GNL y el petróleo, lo que presiona sobre las reservas, el dólar y los subsidios energéticos, y complica las negociaciones con el FMI.

El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania amenaza con agravar los problemas en el sector energético argentino, con impacto en la caudalosa masa de subsidios, una mayor sangría de las raquíticas reservas del Banco Central y presión sobre el dólar.

La guerra se desató en medio de la definición de la letra chica del acuerdo del Gobierno con el FMI, que tiene como uno de los condicionamientos centrales la reducción gradual de subsidios a la energía. El conflicto impactó en el barril de petróleo, que superó los 100 dólares, la cifra más alta desde 2014, y del gas, a días de que la Argentina deba licitar los cargamentos el GNL para cubrir el pico de demanda del invierno.

Según las previsiones de la Secretaría de Energía, este año la producción de gas natural local aportará el 84% de la oferta total, Bolivia el 7% y el 9% se cubrirá con importaciones de GNL.

Hubo un cambio en las condiciones externas que determinaron una agudización del proceso de tendencia de aumento de los subsidios a la energía que se había verificado en los últimos años”, señaló Nicolás Arceo, director de la consultora Economía y Energía.

El consultor presentó esta semana, en un foro de la Cámara de Comercio Argentino Canadiense del que participó +e, un trabajo sobre el escenario de precios de la energía para la Argentina, previo a que se desatara la invasión rusa a Ucrania.

El informe destaca que en los últimos tres años la tarifa eléctrica del AMBA prácticamente no tuvo aumentos, desde el congelamiento del gobierno de Macri a principios de 2019, en un contexto de una economía con una inflación promedio anual del 47%.

La consecuencia fue una disparada de los subsidios energéticos, que alcanzaron los u$s 11.000 millones en 2021, equivalentes al 2,3% del PBI. Es decir que crecieron un 77% con relación a 2020 y 131% respecto de 2019. Este año se espera que superen los u$s 14.000 millones.

“Lo que nos va a golpear en 2022 es un cambio muy fuerte en las condiciones del mercado internacional que van a generar una dificultad muy significativa en términos de alcanzar una disminución sustantiva del nivel de subsidios”, explicó el consultor.

El informe de Economía y Energía detalla los factores que dificultan la reducción de subsidios en 2022.

El precio internacional del GNL

La cotización del GNL se disparó en el último año. En 2021, Argentina importó 56 cargamentos a un precio promedio de u$s 8,4 el millón de BTU (MBTU), que demandaron u$s 1100 millones. Antes de que se desatara la guerra en el este europeo, se preveía un escenario de precios en torno a los u$s 20 el MBTU, lo que significaría un incremento adicional de unos u$s 1500 millones para abastecer a las terminales de Escobar y Bahía Blanca, a los niveles de importación de 2021. Es decir que con un precio en la franja de los 20 a 25 dólares, el país debería gastar este año entre 2600 y 3500 millones de dólares en compras de GNL. La empresa estatal IEASA espera importar más barcos que en 2021, al menos 60.

“La crisis entre Rusia y Ucrania le mete muchísima más presión al precio del gas en el mercado internacional. El precio iba bajando a medida que pasaba el invierno europeo, se ubicaba en los u$s 24 el MBTU y uno hubiera esperado -de no haber cambios en la coyuntura internacional- que hubieran bajado todavía un poco más. La crisis en Ucrania podría determinar un costo de importación para la Argentina muy por encima de los u$s 20”, explicó Arceo. Ayer, los contratos a futuro del GNL en el mercado asiático cotizaban a u$s 37.

Declino de Bolivia

La disminución de la oferta de gas de Bolivia es otro gran dolor de cabeza para el Gobierno. Las negociaciones por la adenda del contrato se postergaron hasta fines de marzo. YPFB llegó a ofrecer el envío de 7,5 millones de m3 diarios flat con picos de 10 MM m3/d en el invierno. El reemplazo de la menor inyección de gas boliviano le significará a Argentina un costo adicional de importación de al menos u$s 1325 millones.

Cotización del dólar

“La mayor tasa de depreciación de la moneda esperada para 2022 implica la necesidad de incrementos tarifarios solo para que los subsidios en dólares no aumenten, ya que incrementa el descalce entre el costo de los productos energéticos y el valor abonado por los usuarios”, señaló Arceo.

Crisis hídrica

La continuidad de la sequía y la falta de recuperación de la hidraulicidad determinarán la necesidad de un elevado despacho del parque térmico y la persistencia de un escenario con elevados niveles de importación de combustibles líquidos, cuyos precios aumentaron en el mercado internacional un 20% con respecto a 2021.

Más consumo

La consultora detalla que la demanda de energía eléctrica aumentó 5,2% en 2021 y la de gas un 4,4% respecto de 2020, lo que también presiona sobre el nivel de subsidios.

Petróleo a u$s 100

La crisis ruso-ucraniana disparó el crudo por encima de los 100 dólares. En la Argentina, el precio interno se comercia en torno a los 60 dólares, lo que genera tensiones entre refinadoras y productoras. “A medida que va aumentado la brecha, la disputa en torno al manejo de los excedentes exportables se va a ir intensificando. Al igual que en 2021, este año la industria va a privilegiar la autorregulación evitando que el Estado ingrese en términos regulatorios determinando cuánto y quién exporta”, estimó Arceo.

Segmentación de tarifas

Si bien aún el gobierno aún no tomó ninguna medida ni hubo anuncio oficial, en las últimas semanas dejó trascender que avanzará con la quita de subsidios en los barrios más ricos del AMBA, como un paso inicial en la urgente necesidad de reducir los subsidios a la energía.

“El dato positivo es que después de dos años de hablar de segmentación empezamos a discutir algo concreto. Lo que se presentó en medios es muy acotado, porque incluye solo al AMBA y sólo al 10% de esos usuarios”, señaló Arceo. En esos términos, consideró que la reducción de los subsidios no superaría el 4%.

“Es un buen inicio para presentarlo a dicción pero para reducir subsidios se necesita segmentación más agresiva y que incluya del país”, agregó.

La consultora Economía y Energía, evalúa que con el incremento de tarifas del 20% que aprobó estos días el gobierno nacional, el nivel de subsidios crecerá al menos a 14.000 millones de dólares, que podrían incrementarse si se extiende en el tiempo el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Esa suma equivaldría al 2,4% del PBI, que tendría este año un importante crecimiento en dólares. Sin embargo, el FMI pretende que Argentina tenga este año un déficit primario de 2,5% del PBI, y un nivel de subsidios 1,9%, lo que significa mantener los mismos montos n dólares de 2021. Para alcanzar esa meta, se estima que la suba de tarifas finales de luz y gas deberían ser del 80%.

“Esto implica que, de haber segmentación, los incrementos podrían ser menores en los segmentos de menores ingresos, pero deberían ser compensados por incrementos más significativos en los más altos ingresos”, dijo Arceo.

Fuente: https://mase.lmneuquen.com/energia/las-claves-del-impacto-la-guerra-ucrania-la-energia-argentina-n889257

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