ENERGÍA
El FMI exigió a Colombia bajar los subsidios a la energía y marca un antecedente para Argentina. Consumidores en alerta.
El FMI le exige al gobierno colombiano un nuevo esquema de tarifas eléctricas y de combustibles en el acuerdo del 2019. Exclusivo texto con las condiciones que podrían replicarse en Argentina.
En julio del 2019 Colombia firmó un acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluyó la imposición de una serie de reformas estructurales, entre las que se destaca una reducción de los subsidios que se propone alcanzar mediante la conocida «segmentación» según los ingresos de la población.
Se conoció el documento que contiene el acuerdo entre el FMI y Colombia, que se celebró al inicio de la gestión de la actual titular del organismo Georgieva Kristalina. Es interesante el caso porque podría indicar el sendero que recorrerán en materia de subsidios a la Argentina los técnicos del Fondo en las negociaciones en curso con Martín Guzmán.
Dice el FMI en el documento que «la reforma de los subsidios a la energía es un pilar clave del Plan Nacional de Desarrollo de Colombia» y lo vincula directamente con la búsqueda del equilibrio fiscal. «Los crecientes desafíos fiscales amenazan con descarrilar el compromiso del gobierno con el cumplimiento de la meta de déficit general del 2,4% para 2019. La reforma de los subsidios a la energía es uno de los elementos de la estrategia del gobierno para resolver las presiones fiscales», señala el texto.
Para plantear a continuación una eliminación gradual de los subsidios a los combustibles y, en el caso de la electricidad, una mejora en la segmentación -que llama focalización-, que es otra vía de reducirlos.
En el acuerdo negociado con Colombia en 2019, el FMI le impuso al gobierno de Iván Duque una eliminación gradual de los subsidios al combustible y mantener los subsidios a la electricidad sólo para los hogares que se ubiquen debajo de la línea de la pobreza.
Según el ex subsecretario de Energía Eléctrica, Paulo Farina, «con focalización el FMI se refiere a solo subsidiar a aquellos hogares que se encuentren bajo la línea de pobreza, la conocida tarifa social para hogares que acrediten necesitarlo y que el resto paga el 100% de la factura».
Una exigencia que de aplicarse a la negociación con la Argentina, convertiría en papel quemado la promesa de Guzmán a la CGT: «Nuestro Gobierno no va a firmar ningún acuerdo de ajuste con el FMI».
Como es habitual, luego de imponer estos ajustes, el Fondo aclaró en el documento que «es necesario complementar las iniciativas de ajuste fiscal con medidas que fortalezcan la protección social y protejan a los hogares vulnerables del impacto negativo de las reformas».
El Fondo afirma también en el documento que «los subsidios a los precios de la electricidad son distorsivos y sus costos económicos son mayores que sus costos fiscales» y agrega que «las tarifas eléctricas bajas alientan el consumo excesivo de los hogares y reducen incentivos para adoptar comportamientos de ahorro energético».
Lo notable es que el FMI pide la casi eliminación de los subsidios eléctricos, pese a que reconoce que su impacto en el déficit es menor, apenas el 0,3% del PBI.
En este contexto el Ministro de hacienda argentino enfrenta un nuevo frente de tormenta. las Tarifas.
Según Diego Margulis, experto en energía y ex ejecutivo de Cammesa «No podemos comparar lo que sucede en Colombia con el esquema tarifario de la energía de la Argentina. En Colombia la tarifa residencial se divide en seis estratos y hay subsidios cruzados. Es decir que los hogares con mayor capacidad adquisitiva cubre parte del consumo de los hogares más pobres. En Argentina los subsidios cruzados están prohibidos por ley».
Respecto a los combustibles, el Fondo pide «despolitizar el sistema de fijación de precios, usar el promedio ponderado de los precios de paridad de exportación y de paridad de importación y reducir las disparidades actuales en la estructura de precios de los productos de combustibles entre las regiones».
Ante esto, lo cierto es que en Argentina el precio de los combustibles lo fija YPF como el mayor jugador del mercado, el precio de los hidrocarburos se encuentra desacoplado de la cotización internacional y las disparidades se dan por diferencias de competitividad entre las áreas.