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ENERGÍA

La cuarentena desplomó la producción de gas en Argentina.

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Mientras se avanza en un nuevo plan para incentivar el segmento del gas, abril mostró una caída en la producción por falta de demanda. Pero también hubo cortes de exportaciones.

Los efectos de la cuarentena obligatoria en la industria hidrocarburífera nacional no sólo se limitan a la menor demanda de combustibles y con ello de petróleo, sino que también se ve afectado el gas natural. El segmento tuvo una caída del 11,31% en abril que desplomó la generación nacional a niveles que no se veían desde 2014.

A diferencia de lo que ocurre con el petróleo que puede almacenarse, en el caso del gas natural la caída de la demanda marca casi automáticamente la necesidad de realizar cortes o cierres de producción.

Esta situación fue la que se registró el mes pasado cuando la menor actividad industrial y de generación térmica llevaron a que en el país se produjeran un promedio de 116,73 millones de metros cúbicos por día, muy lejos de los 131,62 millones que se registraron en el mismo mes del año anterior.

El valor de la producción diaria que se marcó el mes pasado tiene recién comparación con abril de 2014, cuando la producción de shale gas Vaca Muerta no sólo era prácticamente nula sino que el país debía recurrir a grandes montos de dinero para importar el gas necesario.

Sin embargo, en abril también se dieron dos situaciones que afectaron al sector. Por un lado en las centrales térmicas se registró el uso de gasoil como energético, en lugar de gas natural que es más económico.

En números

14,89

millones de metros cúbicos de gas menos se produjeron por día en abril en comparación con el mismo mes de 2019.

Según los registros de generación, durante abril se utilizaron 3.000 toneladas de gasoil para la producción de electricidad, lo cual si bien marca una caída a la mitad sobre el nivel de abril del año anterior, también marca el uso de este combustible en un momento de demanda templada y en el que buena parte de la producción nacional estuvo cerrada por falta de mercado.

Esta situación se debió en buena parte a cambios repentinos en la demanda eléctrica que no pudieron ser paliados con por ejemplo generación hidráulica ante los bajos caudales de los ríos de buena parte del país.

Pero durante abril también el gobierno nacional dispuso la interrupción de algunos contratos de exportación que así lo permitían para redireccionar ese gas al mercado local, marcando un error en los cálculos de programación de los consumos locales que perjudicó nuevamente a la producción de gas.

Además, se espera que a partir del mes que viene sea aún más notable la caída en las exportaciones de gas tanto por la mayor demanda residencial que imprimirá el descenso de temperaturas, como así también por la finalización de varios contratos de exportación en firme que no fueron renovados.

Vaca Muerta amplió la oferta pero no hubo mercados donde colocar el nuevo gas.

Mientras el gas natural pugna por tener un comprador, desde Integración Energética Argentina (Ieasa), la exEnarsa, se comenzó a inyectar gas natural licuado (GNL) al sistema. Esta inyección de gas importado se debe a la llegada de un nuevo cargamento programado de GNL para el cual deberá liberarse espacio en el buque regasificador que funciona en Escobar.

En ese contexto, desde el gobierno nacional se anunció esta semana que se avanza en el armado de un nuevo plan gas, el cuarto plan de incentivo al sector, que tendría la particularidad de abarcar tanto a la producción convencional como a la no convencional.

En la zona

62,45

millones de metros cúbicos por día fue la producción que marcó Neuquén.

El objetivo del programa, que sería presentado en una semana a las operadoras y que de momento es trabajado en conjunto con YPF, es potenciar la producción de gas natural de cara a que no se registre una caída marcada en sus volúmenes para el invierno del año que viene.

El anuncio, que fue realizado por el subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, fue bienvenido por las empresas del sector que advirtieron que siempre es mejor incentivar la industria nacional antes de destinar esos recursos a la importación.

La producción en la provincia de Neuquén cayó a razón de 8 millones de metros cúbicos diarios en comparación con abril de 2019.

No obstante, desde algunas operadoras se advirtió que existen fuertes atrasos en el pago del actual plan de estímulo, la Resolución 46 que seguirá vigente hasta fines del año que viene. Y en algunos casos se señaló incluso que “antes de avanzar en un nuevo plan sería bueno que Nación pague el que está vigente”.

Desde el gobierno nacional se reconoció que hay atrasos en los pagos de la Resolución 46, y mientras se detalló que se está avanzando en su regularización, se endilgó a la anterior gestión nacional haber dejado una deuda acumulada en subsidios y compromisos del sector energético por cerca de 200.000 millones de pesos.

Malos precios y falta de mercados, las claves de la baja producción

Si bien los registros de la secretaría de Energía de la Nación de abril reflejan el impacto de la cuarentena obligatoria, la producción nacional también comienza a evidenciar los primeros signos de una menor producción de gas natural, que es la razón de fondo para la aplicación de un nuevo sistema de subsidios a la producción.

El sector enfrentaba hasta antes de la cuarentena un doble problema: la falta de mercados donde colocar la mayor producción que generó la Resolución 46 derivó en una competencia de precios que derribó el valor del gas por debajo de los márgenes de rentabilidad de casi todos los desarrollos del país.

El dato

30%

es la diferencia de demanda que se registra en el país entre el invierno y los meses templados.

Este doble problema generó que las operadoras migraran sus inversiones del segmento del gas al del petróleo a principios del año pasado y derivaron en que desde hace seis meses prácticamente no se perfora ningún pozo nuevo de gas en el país.

De acuerdo a las proyecciones de algunos especialistas, en el invierno próximo el país podría necesitar duplicar sus importaciones.

Esta falta de inversiones marca un escenario claro por delante: a medida que los pozos existentes vayan entregando su producción comenzará a evidenciarse el declino que tiene la particularidad de ser muy marcado en los pozos del shale gas de Vaca Muerta.

Esta caída en la producción dispararía la necesidad de importar gas en los meses de invierno, en los que nunca la producción local llegó a cubrir la demanda, y es a lo que el gobierno busca anticiparse con un el Plan Gas 4, sabiendo que desde que comienza a hacerse pozo transcurren cerca de seis meses hasta que el mismo puede ser puesto en producción.

Fuente: Rionegro.com.ar

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