EXPLORACIÓN y EXPLOTACIÓN
Los proyectos petroleros en Malvinas, cada vez más improbables
La caída global en la demanda debido a la crisis económica, hizo desistir a varias petroleras de invertir en Malvinas. Sumado a la caída de ingresos por turismo, el marco de pandemia y el Brexit, tambalea la economía isleña.
En un informe publicado en el diario Tiempo Argentino, firmado por el periodista Randy Stagnaro, se sostiene que la crisis económica global hizo caer planes de producción de petróleo en zonas no convencionales como Malvinas, en donde las expectativas kelper de erigirse en una especie de emirato petrolero del Atlántico Sur están cada vez más lejanas.
En julio, Premier Oil canceló una inversión de 200 millones de dólares en la única área importante en aguas aledañas a Malvinas. Antes había suspendido la exploración marítima.
Desde entonces, las condiciones económicas globales son aún más duras. Las perspectivas de fuertes caídas en la actividad respecto de 2019, con leves recuperaciones en 2021, indican que la demanda de petróleo no se recuperará sino hasta fines del año próximo.
Sea Lion es el área más prometedora de Malvinas, ubicada al norte de las islas. Sus yacimientos ya están explorados y son bastante conocidos. Pero la explotación está paralizada por tiempo indeterminado. Según Premier Oil, en Sea Lion habría hasta 1700 millones de barriles de crudo.
La británica BP anunció el 4 de agosto que no realizará nuevas exploraciones hidrocarburíferas en “yacimientos de frontera” (como Malvinas) y sólo apuntará a áreas con mayores posibilidades de producción al menor costo y riesgo.
El escenario actual, de caída brusca de la demanda de petróleo, hará que el 10% de los recursos de petróleo, unos 125 mil millones de barriles que esperan por ser extraídos, sean obsoletos, según un estudio de la consultora Rystad Energy.
Las empresas que exploran en Malvinas sueñan con escaparle al destino. Rockhopper, que descubrió Sea Lion y ahora es socio minoritario de Premier Oil, señaló que aún hay interés en el petróleo del Atlántico Sur. Pero en Premier son menos ilusos y aseguran que la decisión final sobre Sea Lion no se tomará hasta 2021.
Para que la explotación de Sea Lion sea rentable, operativa y financieramente, se precisa de un precio internacional del crudo de unos 50 dólares el barril. Pero la posibilidad de que se alcance ese valor es muy baja.
Efecto geopolítico
La explotación de Sea Lion tiene un problema adicional, además del petróleo barato, la caída de la demanda y la penalización al uso de combustibles fósiles: el rechazo de Argentina.
Argentina tiene una legislación que penaliza a las empresas que participan directa o indirectamente de la actividad hidrocarburífera en Malvinas con licencias otorgadas por el gobierno kelper.
La sola existencia de esa legislación, se convierte en un escollo para las empresas que evalúan invertir en el actual contexto.
Para los colonos ilegales, la decisión de Premier Oil de cancelar las inversiones fue un balde de agua helada en sus planes de desarrollo, porque reveló la inviabilidad del proyecto petrolero, muy presente en los planes a futuro del gobierno ilegítimo.
Es que pensaban ya encontrarse en estos años con la extracción de crudo en Sea Lion, con su consiguiente impacto económico en regalías y actividades conexas. De hecho, hoy trabajan en aumentar la capacidad operativa del puerto de Puerto Argentino, y preparan legislación para facilitar la inversión externa en proyectos hidrocarbiríferos.
En definitiva, tres golpes hacen tambalear a la economía en Malvinas: la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), el Covid-19 que derrumbó el turismo, la tercera industria en el archipiélago; y la caída de la meta petrolera.
Encima, el contexto financiero y presupuestario en Gran Bretaña no parece ser el mejor para que Londres inyecte recursos en los kelpers.
Fuente: Tiempo Argentino