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¿Conflicto en puerta con Brasil por el gas boliviano? Bolsonaro habló de un “negocio orquestado” para perjudicarlo electoralmente 

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El primer mandatario del Brasil echó al presidente de Petrobras, quien llevaba apenas 40 días en el cargo. También sugirió que Bolivia está derivando más gas a la Argentina que al Brasil para perjudicarlo electoralmente. Petrobras informó el fin de semana que los volúmenes enviados por YPFB son 30% menores que lo estipulado en su contrato de gas con Bolivia.

En un día de furia, el presidente del Brasil echó al presidente de Petrobras y cargó contra Bolivia por la reducción en los volúmenes de gas natural. Fue incluso más lejos, al sugerir que existe un “negocio orquestado” para encarecer el precio del gas y perjudicarlo en las elecciones presidenciales. Las acusaciones sugieren que el acuerdo de abril entre la Argentina y Brasil por el gas boliviano entró en zona de conflicto.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sugirió que Bolivia esta redirigiendo gas a la Argentina para perjudicar sus aspiraciones de reelección. “Bolivia cortó 30% de nuestro gas para entregarlo a Argentina. ¿Cómo actuó Petrobras también en este tema? El gas, si hay que comprarlo en otro lado, es cinco veces más caro. ¿Quién pagará la cuenta? ¿Y quién será el responsable? Es un negocio que parece orquestado para favorecer exactamente a ya saben quién”, dijo Bolsonaro, sin dar nombres.

La alusión apunta inevitablemente al ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, su principal rival en las presidenciales de octubre. Bolsonaro colocó su política de privatizaciones en el centro de la campaña presidencial para rivalizar con Lula. El presidente viene de designar a un nuevo ministro de Minas y Energía que empuja la idea de privatizar la petrolera estatal Petrobras, además de querer avanzar en las próximas semanas con la capitalización de la estatal eléctrica Eletrobras.

Menos gas de Bolivia

Durante el fin de semana, distintos medios brasileños se hicieron eco de un comunicado de Petrobras en el que informa que la petrolera estatal boliviana YPFB redujo en un 30% los volúmenes de gas enviados al Brasil. Esto equivale a unos 4,5 MMm3 diarios que Brasil esta dejando de recibir.

La petrolera brasileña informó los perjuicios por la reducción de los volúmenes enviados desde Bolivia. “Tal reducción del orden del 30% no estaba prevista e implica la necesidad de importación de volúmenes adicionales de gas natural lícuado (GNL) para atender las necesidades de abastecimiento de Petrobras”, señala Petrobras en el citado comunicado.

La prensa brasileña agrega que desde Petrobras también informaron que están tomando las medidas pertinentes para el cumplimiento del contrato de YPFB, en una señal del conflicto que puede surgir en la región por la capacidad de Bolivia de cumplir sus contratos con la Argentina y Brasil.

Según datos de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP), la entrega de gas en el punto de recepción de Corumbá, en el inicio del tramo brasileño del Gasoducto Bolivia-Brasil ya se redujo a cerca de 15 MMm3 diarios en el promedio de mayo. Petrobras y la estatal boliviana YPFB firmaron en 2020 una adenda de prorroga del contrato de importación de gas boliviano. La empresa brasileña se comprometió a retirar entre 14 millones y 20 millones de m³ por día.

La reducción contrasta con los volúmenes de gas enviados a la Argentina, en el marco del acuerdo firmado recientemente con Bolivia para garantizar los envíos de gas durante el invierno. El nuevo acuerdo prevé que entre mayo y septiembre Argentina recibirá 14 MMm3 diarios en condiciones firmes (con la posibilidad de recibir hasta 18 MMm3 diarios si hay volúmenes extras disponibles), pero a un precio superior al estipulado en la adenda firmada en 2021.

Los cambios en los volúmenes enviados por Bolivia forman parte de las negociaciones del mes de abril entre la Argentina y los gobiernos de Brasil y de Bolivia. Argentina buscaba que Brasil redujera sus compras de gas a Bolivia para liberar esos volúmenes para el mercado argentino. El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajó a Brasil y negoció ese acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía. Fuentes con conocimiento de las negociaciones señalan que el acuerdo no pasó por la cancillería brasileña y fue una iniciativa exclusivamente impulsada por el ministro Bento Albuquerque. Bolsonaro echó a Alburquerque a principios de mayo y designó en su lugar a Adolfo Sachsida.

Tensión por los precios

Bolsonaro también sorprendió ayer con la remoción del presidente de Petrobras, José Mauro Coelho, quien apenas llevaba 40 días en el cargo. En el mensaje a sus seguidores, el presidente brasileño sugirió que Petrobras no actuó para evitar que Bolivia redujera los envíos. Caio Maio Paes de Andrade es el hombre propuesto por el gobierno para reemplazar a Coelho. Se transformaría así en el cuarto presidente de la petrolera brasileña en lo que va del mandato de Bolsonaro.

Para el presidente los precios de la energía se han transformado en una cuestión centralmente electoral. Una encuesta reciente de Datafolha, el centro de investigaciones del grupo que edita el diario Folha de San Paulo, señala que el 68% de los brasileños asignan a la gestión de Bolsonaro la responsabilidad por los aumentos de los precios de los combustibles.

Bolsonaro ha intentado incidir sobre la política de precios de Petrobras para limitar los aumentos de los combustibles, sin éxito hasta ahora. Al asumir el cargo en abril, Coelho ratificó la continuidad de la política de precios de la compañía. Petrobras informó ganancias récord en el primer trimestre del año. Para la compañía la política de precios de los combustibles es un pilar importante, pero es el negocio de upstream el que explica las ganancias logradas. Bolsonaro acusó a la compañía de ganar plata a costa de los bolsillos de los brasileños.

Esta vez, el gobierno buscaría implementar un mecanismo para evitar que Petrobras reajuste los precios de los combustibles a cinco meses de las elecciones, según el diario Folha. Es cuanto menos paradójico que Bolsonaro haya designado a Sachsida en el ministerio con el objetivo de impulsar la privatización de la petrolera, para días después designar en la compañía a un presidente que vendría a pisar los precios de los combustibles.

Fuente: Econojournal

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