EMPRESAS
Crown Point admite “incertidumbre para continuar” en su balance, mientras peligran sus operaciones en Santa Cruz y Tierra del Fuego

La petrolera de la familia Peralta ya inició contactos informales para su traspaso. La compra de Piedra Clavada a Pan American Energy, y la apuesta fallida al vínculo con la petrolera estatal de Tierra del Fuego; serían los motivos reales tras el despido disfrazado de renuncia- del ex CEO, Gabriel Obrador. El doble riesgo del Grupo BST: el que ya asumió, ingresando a un sector que desconoce; y el potencial de exponer a un financista casi desconocido, vinculado también con un grupo muy importante.
La familia Peralta, dueña del Banco de Servicios y Transacciones (BST), empieza a tantear su salida de la petrolera Crown Point. En sus Estados Financieros Condensados Intermedios -semestrales, al 30 de junio de este año- admite que “la necesidad de obtener capital para financiar las operaciones existentes y futuras crea una incertidumbre que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la Sociedad para continuar como una empresa en funcionamiento”. Un sincericidio poco habitual para el lenguaje más bien técnico y aséptico -hasta donde sea posible- de las presentaciones ante la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
En ese documento, donde se declara una ganancia semestral de 7.165 millones de pesos, también se admite que gran parte de este resultado es financiero más que productivo. Al 30 de junio de este año, el documento oficial admite un capital de trabajo negativo de casi 62 millones de pesos, en tanto que la deuda financiera -los proveedores hacen fila para cobrar- de casi $ 71 millones.
Sin medias tintas, se reconoce que “la capacidad de la Sociedad para continuar como empresa en funcionamiento y la recuperabilidad de sus activos depende de que la Sociedad pueda obtener financiamiento adicional a fines de continuar el desarrollo de los activos productivos de la misma y generar fondos operativos positivos a fines de cumplir con las obligaciones presentes y futuras”. Las herramientas elegidas para esto serían “la emisión de nuevas obligaciones negociables u otros instrumentos de deuda o capital”.
Decisiones letales: Piedra Clavada y la apuesta por Tierra del Fuego
La sorpresiva salida de Gabriel Obrador como CEO de Crown Point fue la primera señal sobre la continuidad de la empresa, como detalló Minuto de Cierre en una nota anterior (https://www.minutodecierre.com/nota/2025-8-4-6-29-0-la-renuncia-del-ceo-de-crown-point-desata-el-temor-de-que-se-vuelva-la-proxima-aconcagua). Con el tiempo, conocedores de esta firma y del sector petrolero le adjudican a Obrador dos decisiones que fueron perjudiciales para Crown Point. Una de ellas fue la entrada en dos áreas maduras que le vendió Pan American Energy (PAE) en Santa Cruz: Piedra Clavada y Koluel Kaike. Según el propio comunicado de Crownpoint, publicado en su página web, el precio de compra fue de u$s 12 millones en efectivo, “sujeto a ajustes posteriores, más una contraprestación contingente en especie que se pagará durante un período de quince años después de la fecha de cierre” (https://crownpointenergy.com/?p=3176&lang=es).
Las dudas surgen alrededor de ese detalle. Según la versión escuchada, se pagaron entre 3 y 7 millones de dólares, en lugar de los 12 millones declarados. Además, la “contraprestación” es un pago a PAE con petróleo extraído de esas áreas, cuyo rendimiento productivo es menor al esperado. “Los de PAE son tontos y los de Crown Point muy vivos, por eso los primeros hicieron cash out y los Peralta ya no saben qué hacer con su petrolera”, ironiza un empresario que conoce bien a todos.
Toda la responsabilidad, con la dosis de mala praxis o mala intención que cada subjetividad considere, se le atribuye al ex CEO, Gabriel Obrador. Que fue también el que convenció a los Peralta de ingresar en Tierra del Fuego. En la provincia más austral de país, Crown Point ingresó como socia minoritaria de Roch. Esta petrolera, cuya sigla responde al nombre de su fundador y dueño -Ricardo Omar Chacra-, supo tener el pozo petrolero -en el yacimiento San Martín- más productivo del país hasta 2020.
El problema es que luego vinieron la pandemia, el cierre de la “monoboya” de YPF a través de la cual evacuaba el crudo de la isla, y el default. En la actualidad, Roch está a punto de salir del mismo y volvió a producir, pero a un décimo de su mejor momento. Chacra señala a quien lo consulte que está cerca del break even, con una próxima salida del default: ya tiene depositados u$s 12 millones de un juicio que le ganó a YPF, sobre una deuda total de u$s 16 millones. Este empresario es de bajo perfil y cauteloso, pero se sabe que ya no ve en Crown Point un socio para crecer.
Terra Ignis y el riesgo de la imagen
El otro problema en el cual Obrador metió a Crown Point es la relación con Terra Ignis, la flamante petrolera estatal de Tierra del Fuego, que por ahora tiene presupuesto y empleados, pero no extrajo ni una gota de crudo. La semana pasada, se anunció en memorándum de entendimiento (MOU) entre la provincia e YPF, por la cual se le transfirieron a la primera siete áreas convencionales. La apuesta de Obrador, desde hace más de un año, es que Crown Point se quedaría con todas o parte de ellas.
Sin embargo, allí surgen problemas tanto productivos como políticos. Como ejemplo de los primeros, uno de esos bloques, La Sara (ubicado en la estancia homónima) produce apenas 19 metros cúbicos por día. El problema son las comparaciones: por cada 24 horas, también extrae 1.200 metros cúbicos de agua; y todo ello con 40 empleados. A todas luces, una explotación que va a pérdida.
En cuanto a los temas políticos, además del exagerado optimismo del Ejecutivo provincial con las áreas de YPF, parece haber cierta falta de coordinación. Hace alrededor de un mes, mientras el presidente de Terra Ignis, Maximiliano D´alessio, sostenía que Crown Point era un aliado estratégico para la provincia; el propio gobernador Gustavo Melella -en conversaciones muy reservadas- decía que “Crown Point está afuera de lo que vayamos a hacer con las áreas de YPF”.
Para colmo, la familia Peralta puede enfrentarse a un problema de envergadura nacional, aunque más propio del Círculo Rojo que de los grandes públicos. Uno de sus principales aportantes en Crownpoint, algunos dicen casi el único, es un financista que también participa en el grupo de energía más importante del país, siempre cuidadoso de su imagen y estrategia de negocios.
Si el fracaso de Crownpoint se liga a la persona física que es uno de los mayores desarrolladores inmobiliarios del país (ex dueño del Alto Palermo), y a la persona jurídica que es sinónimo de éxito en el mundo de la energía, el daño colateral será demasiado alto. Y dejaría a la familia Peralta con una imagen desfavorable dentro del Círculo Rojo. Todo por haberse jugado a ser petroleros sin conocer el sector en detalle.
Fuente: www.minutodecierre.com
Por: bdp