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ANÁLISIS Y OPINIONES

Editorial: «Todo está guardado en la memoria»

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La instalación del radar británico en torno a Leolabs, no solo pone en juego y en jaque la soberanía fueguina sobre las Islas Malvinas en el Atlántico Sur, sino que además de dejar al descubierto el entreguismo y sus cómplices, también destaca la necesidad de hablar sin eufemismos y de cara al pueblo fueguino, asumir los errores, pedir perdón y elaborar un «Nuevo contrato social» para buscar herramientas para una mayor vigilancia y control sobre las actividades extranjeras en territorios estratégicos.

Por: Moisés Solorza Director de www.bocadepozo.com.ar

En un mundo marcado por crecientes tensiones geopolíticas, cada movimiento que involucra a Tierra del Fuego adquiere una resonancia global, con consecuencias potencialmente devastadoras para los adormecidos habitantes de la Isla Grande.

Tierra del Fuego, es un territorio cargado de historia y simbolismo, el radar británico operado por la empresa Leolabs en la ciudad de Tolhuin debería haber encendido todas las alarmas. Sin embargo, el silencio cómplice de muchos actores políticos locales es no solo desconcertante, sino también peligrosamente irresponsable.

Cuando nuestra provincia, creada oficialmente el 26 de abril de 1990, nació con un espíritu peronista profundamente arraigado, cuidadosamente cultivado por los líderes de la época y liderada por el compañero Carlos Martín Torres, a quien respeto y admiro profundamente, Se soñaba con una «Provincia Grande», en contraste con la visión de los conservadores, que abogaban por una provincia «Chica». El legado justicialista sigue vigente, a pesar de que los conservadores gorilas celebran el Día de la Provincia cada 1 de junio, intentando invisibilizar el mayor logro de nuestra breve historia.

Sin embargo, como tantas veces en nuestra historia, lo que el peronismo construyó con esfuerzo y convicción, fue posteriormente socavado por el antiperonismo, encarnado en aquellos sectores conservadores que siempre han intentado desmantelar los logros alcanzados por el movimiento popular.

«Los gorilas fueguinos, muchos de ellos despechados radicales y peronistas que no lograban mayorías en sus espacios crearon herramientas electorales con mucha astucia para presentarse en la asamblea constituyente y redactar la Constitución Fueguina y revertir allí el fracaso político sufrido a manos del peronismo»

Por eso siempre digo, «El peronismo fueguino tiene el éxito más importante en la historia que conoce nuestra provincia que es justamente nuestra provincialización incluyendo «Antártida e Islas del Atlántico Sur» en su nombre y tiene a su vez, el fracaso burócrata-político más arrollador, que es haber dejado en manos conservadoras, mejor dicho en manos «gorilas», la redacción de nuestra Constitución»

Al día de hoy y en definitiva una parte de la política fueguina en conjunto con los «gorilas» lograron en la práctica lo que tanto querían, «una Provincia Chica», si no lo creen, fíjense lo que sucede con la Ley 19.640, Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida y saquen sus propias conclusiones. «La realidad es la única verdad».

La instalación de este radar, camuflado bajo la fachada de un proyecto científico, es una muestra del párrafo anterior y expone la grave vulnerabilidad geopolítica de la región y la entrega política, cultural y social en la que nos encontramos a manos de quienes también, disfrazados o camuflados de nacionales y populares, muestran lo más traicionero que se puede encontrar en contra de su propio pueblo y hacia quienes confiamos en un proyecto político contrario a lo que vemos.

Ya resueltas cualquier duda posible sobre las cuestiones técnicas del Radar Inglés de Leolabs y de su capacidad de monitoreo militar, espionaje etc etc. lo que debería preocuparnos profundamente es la actitud de la clase política fueguina y no tan solo de quienes desde el oficialismo que que encabeza el Gobernador Gustavo Melella, sus primeras líneas, llegando hasta el último funcionario implicado en todo este bochorno sin precedentes, sino también de la oposición que guarda por distintas razones e intereses, un silencio abrumador frente a tamaña muestra de entrega, salvo honrosas excepciones, como el Senador Pablo Blanco, que debo decirlo lejos está de ser peronista como yo.

Muchos políticos o casi todos en su mayoría, han optado por ignorar o minimizar el asunto. Esta indiferencia no solo socava la soberanía argentina, sino que también traiciona la memoria de quienes lucharon en Malvinas, nuestros héroes en serio y los que seguimos luchando por la integridad territorial de nuestro país.

En lugar de exigir respuestas y liderar la defensa de los intereses nacionales, algunos políticos fueguinos parecen más interesados en mantener la paz con actores externos e internos por intereses, incluso cuando estos claramente amenazan la seguridad nacional. ¿Dónde están las voces que deberían alzarse en defensa de nuestra soberanía? ¿Por qué la mayoría de nuestros representantes locales han elegido el silencio como respuesta? No tengo pruebas, pero no me cabe ninguna duda que los intereses económicos, negocios y acomodos políticos, son la respuesta.

El caso del radar de Leolabs en Tolhuin es un reflejo de cómo la inacción y la complacencia pueden abrir la puerta a nuevas formas de colonización en el siglo XXI. La instalación de este radar, a escondidas, de forma maliciosa y artera a espaldas del pueblo fueguino, representa un acto de violación directa a la soberanía argentina y una traición inaceptable a la Patria y es una realidad que muchos prefieren no ver. Es más, las justificaciones que esgrimen algunos actores políticos, alegando desconocimiento o falta de información, son tan inaceptables como peligrosas en un contexto donde la seguridad nacional y provincial están en juego.

El silencio político en Tierra del Fuego es, en este caso, una forma de complicidad. Es hora de que quienes tienen la responsabilidad de proteger nuestra tierra se hagan cargo de las implicaciones de sus acciones —o su falta de ellas— y asuman una postura firme y clara contra cualquier intento de socavar la soberanía argentina en el Atlántico Sur.

Una posibilidad latente en la búsqueda de toda la verdad y que paguen los culpables, es el envío por parte del Ejecutivo provincial a la justicia, el pedido de disolución de la Empresa Leolabs que fuera aprobada y acompañada en todas sus etapas por el mismo gobierno. Si allí se escarba un poquito, se notarán las huellas pintadas de cada uno de los responsables de la instalación de la estación terrena con capacidad militar de la empresa Leolabs.

Quizas alli, si no se arrepienten después de leer ésta nota dominguera, una parte de la política fueguina cometa un error insalvable que es entregarle al poder judicial en bandeja, un hilo de donde tironear para que paguen los culpables, para que den respuestas públicas, para que se arrepientan de tan vil traición. Un «error no forzado» que podría exponer ante la justicia todos los elementos necesarios para una investigación real, siempre y cuando la justicia, como se dice en el barrio, «se ponga los pantalones largos» y no se limite a un simple pase de factura berreta y acomodada a los intereses cruzados entre ambos poderes como sucede casi siempre, lamentablemente.

Mientras persista en el aire la sospecha de que el invasor Inglés tiene aliados encubiertos en la Isla grande y en sitios de poder, seguiremos estando cada vez más cerca de ser colonia, estaremos más cerca de esa «Provincia Chica» en la que nos convirtieron y que soñaban muchos, cada vez más entregados a los intereses de la OTAN que con unos poco dólares, compran voluntades y que nos ponen a las puertas de ser un objetivo militar «evitable» mientras madura la tercera Guerra Mundial.

Tal vez en algún tiempo, cuando muchos estén «contando vaquitas en campos de buenos aires», nos volvamos a preguntar que fué de la vida del señor Ormaechea, representante técnico de Leolabs en Tierra del Fuego, o de la vida de Jorge Argüello, aquel ex empleado bertonista a cargo de blindar el acuerdo Foradori-Duncan, O «Del bocha» dueño de la Estancia «El relincho» donde está instalado el radar Inglés o por qué no, preguntarnos ¿qué fue de la vida de Mabel Caparrós?, convertida en mano derecha del forjismo en la cámara de diputados que no tan solo le levantó la mano al acuerdo con el FMI, sino que también puso a su Ex Yerno y a sus asesores como directores de la empresa en Tierra del Fuego junto al «Cumbianchero Mancini», hijo del Ex presidente de la Dirección provincial de Energía de TDF.

Tal vez en algún momento, leamos alguna gacetilla de gestión con al foto de Sonia Castiglione, que fue quien aprobó en tiempo express el estudio de impacto ambiental para Leolabs además de estar acusada por el gobierno nacional del impresentable Alberto Fernández por «Pedir favores y excepciones de importaciones para la empresa británica para que ingresen por tierra 19 contenedores de la empresa dueña del Radar».. Dios mio..

O tal vez todo quede en la memoria de algunos fueguinos que en nuestra vejez, al menos podremos contar una historia entretenida a nuestros nietos, de lo que sucedió en Tolhuin. Esperemos que no, no es momento de debilidades ni de temores. Es momento de pedir perdón, por haber pedido el voto para quién no se lo merece y permiso para pedir Justicia.

Todo está guardado en la memoria… «La memoria pincha hasta sangrar a los pueblos que la amarran y no la dejan volar, libre como el viento»León Gieco

www.bocadepozo.com.ar

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