REGULACIÓN & CONTROL
Empresas reclaman aumentos del 60% al 100% en los precios de las garrafas que utilizan cuatro de cada 10 argentinos.
Argumentan que el salto del dólar oficial dejó al sector que fracciona el combustible en rojo. También solicitaron que el Estado se ponga al día con una millonaria deuda.
La devaluación del peso en el mercado oficial todavía sigue teniendo efecto sobre los precios. Ahora, el sector proveedor de garrafas solicita un aumento de hasta el 100% en el valor del producto que comercializan y reclaman por una deuda de $2000 millones.
La Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (Cegla), que nuclea a los fraccionadores, reclama un aumento en el precio de la garrafa, desde los $2500 actuales hasta un mínimo de $4000. Para estar en punto de equilibrio, señalaron desde la institución, el precio de venta a distribuidor debería subir hasta los $1347 -hoy se vende por arriba de los $800-; y para tener utilidad que permita inversiones, hasta los $2140.
Pero a ese valor hay que sumarle el margen del distribuidor y el comercio, por lo que la garrafa, en precio final “debería subir entre un 60% y un 100%”, remarcaron desde Cegla.
Se trata de una actualización de los precios de referencia que autoriza la Secretaría de Energía. Cegla asegura que viene “bancando” pérdidas desde hace dos años, pero además reclama por una deuda de asistencia económica (subsidios) por el período de octubre a diciembre de 2022.
“En total, son 2000 millones de pesos, de los cuales mil millones correspondería a los fraccionadores que envasan el GLP en garrafas y el resto a otros actores de la cadena del GLP envasado”, añadieron.
“Nuestra industria depende en gran medida de componentes importados y es dependiente de las inversiones, en camiones, plantas y equipamiento como neumáticos y válvulas, donde hubo mucho impacto de la devaluación”, señaló Pedro Cascales, presidente de la cámara.
“El costo actual para los fraccionadores es de $1347 por garrafa de 10kg, las pymes fraccionadoras están trabajando a pérdida de $500 por cada garrafa, e incluso ya no cuentan con la asistencia compensatoria, porque caducó el beneficio en diciembre”, señala un comunicado de la cámara.
“No se puede seguir trabajando por debajo del costo de producción”, dijo Cascales.
Las garrafas son utilizadas por el 40% de la población, que las necesita para cocinar y calefaccionarse. Si se utilizan solo para cocina, entre una y dos garrafas al mes por hogar deberían alcanzar. Si es para calefacción, dependiendo de la época del año y de la zona donde se habita, podrían necesitarse de tres a cuatro por mes en los períodos más fríos.