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REGULACIÓN & CONTROL

Tarifas: El 35% del consumo eléctrico familiar es para cocción de alimentos, calefacción o tener agua caliente.

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Entre las medidas anunciadas por el flamante Ministro de Economía, Sergio Massa, destaca el aumento de tarifas eléctricas, que se extenderá a un universo mayor a los 4 millones de hogares que no se inscribieron para solicitar la continuidad de los subsidios, sino también a todo aquel usuario residencial que consuma más de 400 kilovatios-hora (kWh) por mes.

En tal sentido, no sólo los usuarios ya hacen cálculos acerca de cuánto se incrementará el pago de su boleta de electricidad al final de cada período. También, las empresas. En tal sentido, en una nota publicada en Cronista.com, Diego Simondi, director ejecutivo de BGH Eco Smart, la unidad de negocios del grupo BGH especializada en eficiencia energética y smart building, describió una propuesta para que el país logre un ahorro de alrededor de u$s 2000 millones al año en energía. Se trata de un monto equivalente a, aproximadamente, el 15% de lo que demandarán en 2022 los subsidios al sector, según datos del Informe de Cierre 2021 de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).

La iniciativa que describio Simondi en su nota con Cronista.com apunta a la realización de inversiones con el objetivo de reconvertir parte de la matriz de consumo residencial. «Es importante tomar políticas de Estado y decisiones empresariales en materia de eficiencia energética. Pero, también, cambiar hábitos en el ámbito residencial. Las políticas de eficiencia energética enfocadas en el consumo de los hogares pueden atenuar el impacto en las tarifas de servicios públicos», dijo Simondi.

El ejecutivo brindó números para sus afirmaciones. Por un lado, mencionó que el 40% del consumo energético en la Argentina es residencial y, dentro de él, el 60% corresponde a climatización, con equipos de aire acondicionado y calefacción. Sin considerar al transporte, en ese caso, el consumo residencial es del 25 por ciento.

Por otra parte, la Secretaría de Energía de la Nación, en base a relevamientos de Enargas y Cammesa, confirmó que el 35% del total del consumo de energía familiar (gas y electricidad sumados) es por calefacción, 18% a cocción de alimentos y 17% para contar con agua caliente.

Además, en la actualidad, el parque de equipos de aires acondicionados frío/calor residenciales se estima en 14 millones de unidades. Al menos la mitad de esos equipos son de clase D, una tecnología obsoleta y muy poco eficiente que, de hecho, ya dejó de comercializarse. Si se reemplazaran los equipos clase D por los de clase A, se podrían lograr ahorros de hasta u$s 2000 millones por año.

La píldora amarga es que, para lograr estos ahorros recurrentes, habría que realizar -por única vez- una inversión de u$s 4000 millones para renovar la mitad del parque actual de aires acondicionados. No es, sin embargo, una propuesta sin antecedentes: «Los países de la Unión Europea y los Estados Unidos, desde mediados de los ’80, llevan a cabo políticas de eficiencia energética y de desacople de su consumo energético de la actividad económica en general», argumentó Simondi. «Mientras que en esos países se consiguió desacoplar la evolución del producto bruto y la del consumo energético, en la Argentina, todavía hay una correspondencia entre crecimiento económico y demanda energética«, agregó.

«En la Argentina, tenemos una ventaja impresionante, no sólo frente a la Unión Europea sino también en comparación con otros países de la región, porque somos generadores de energía», comparó.

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