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La suba del gas provocó una ola de quiebras de compañías eléctricas del Reino Unido.
El gobierno de Boris Johnson analiza subsidiar a las empresas que absorban a los clientes de las compañías quebradas.
En las últimas dos semanas quebraron seis empresas de distribución eléctrica inglesas. Esta semana se sumaron Avro Energy que proveía gas y electricidad a 580.000 consumidores y Green Supplier Limited que tenía una cartera de 255.000 clientes domésticos, indicó el regulador público de la energía en el Reino Unido.
En total, 1,5 millones de consumidores británicos se quedaron sin abastecimiento, ante un incremento del 250 por cientode los precios desde principios de año.
El ente regulador ingles estipuló en agosto que el techo de precios que se pueden cobrar a los consumidores por la energía entre octubre de 2021 y el 31 de marzo de 2022 es de 1.3 libras anuales (1.5 euros), lo que equivale apenas a un 22,5% más respecto al invierno pasado. Es por esto que las compañías que quedan en pie se resisten a absorber los clientes de las empresas que quebraron.
Ante la crisis el gobierno de Boris Johnson está considerando ofrecer préstamos estatales a compañías de energía que contraten clientes de firmas que quebraron el alza de los precios mayoristas del gas natural, dijo el martes el secretario de Negocios del Reino, Kwasi Kwarteng.
«A una empresa le cuesta absorber hasta cientos de miles de clientes de otra empresa que ha fracasado, que cuesta dinero, y bien puede haber una provisión para algún tipo de préstamo y eso se ha discutido», declaró el funcionario.
«En el promedio de un año alrededor de ocho compañías de energía salieron del mercado en Gran Bretaña, pero que este año el número podría ser mayor. Tenemos que tener un suministro mucho más sólido de capacidad de último recurso», advirtió el funcionario.
Las declaraciones son sugestivas porque Kwarteng es el responsable de vetar la política de subsidios británica. De hecho fue acusado por Ed Miliband, lider del Partido Laborista, de ser complaciente con los mercados.
En España, Pedro Sanchez tuvo que hacer un recorte impositivo para absorber parte de las pérdidas empresariales. Luego, al igual que Italia se definió por una política de subsidios.