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SOBERANÍA

Pablo Blanco: «El Radar debe ser desmantelado»

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La participación del Senador Pablo Blanco en la investigación sobre la instalación del radar inglés en Tierra del Fuego es de suma importancia, ya que ha puesto de manifiesto la urgencia de abordar este asunto y ha contribuido significativamente a la conciencia pública sobre los riesgos.

Por Pablo Daniel Blanco – Senador Nacional JxC Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Introducción:

El Senador Pablo Blanco ha desempeñado un papel fundamental en la investigación sobre la instalación del radar inglés en Tierra del Fuego al expresar claramente su postura de que «El radar debe ser desmantelado». Su firme convicción en esta cuestión no solo ha destacado la importancia de abordar este tema crucial para la seguridad y soberanía de nuestro país, sino que también ha impulsado un debate necesario en el seno de la sociedad y el gobierno.

La posición del Senador Blanco se basa en una profunda comprensión de las implicaciones geopolíticas y estratégicas de la presencia de un radar extranjero en nuestro territorio. Su insistencia en la necesidad de desmantelar el radar inglés resalta la importancia de salvaguardar nuestra soberanía y tomar medidas para garantizar la integridad de nuestras fronteras y la protección de nuestros intereses nacionales.

Además, la postura del Senador Blanco ha servido como catalizador para movilizar a otros actores políticos y ciudadanos conscientes de la importancia de esta cuestión. Su compromiso con la investigación y el debate público sobre este tema demuestra su dedicación al servicio público y su voluntad de actuar en defensa de los intereses de la nación.

Pablo Blanco:

El radar que la filial argentina de la empresa de capitales ingleses e irlandeses LeoLabs instaló en las cercanías de la ciudad de Tolhuin debe ser inmediatamente desmantelado por las autoridades competentes. Incompetentes son todas aquellas reparticiones y funcionarios que le otorgaron personería jurídica en nuestra provincia.

Ya han pasado casi tres meses desde que descubrí esta maniobra turbia que vulnera nuestra integridad aeroespacial y nuestra soberanía nacional. Luego de varias idas y venidas por fin la Jefatura de Gabinete de Ministros ordenó su cancelación total.

Cualquier fueguino de ley debe entender que esto significa que lisa y llanamente que no funcione más, que se desmantele y desaparezca. Por eso, no se comprende la lentitud del gobierno provincial para llevar a cabo lo que indican el sentido común y el mandato del Poder Ejecutivo Nacional.

Mientras el radar siga emplazado nadie nos asegura que no funcione. Máxime cuando es de público conocimiento que cuenta con un grupo electrógeno propio y que puede ser activado a distancia sin la necesidad de operadores físicos.

Sólo cuando el radar no esté más, tendremos la plena certeza de haber recuperado soberanía aeroespacial y suprimido una amenaza activa que, además, tiene rango y capacidad efectiva para vigilar la órbita baja correspondiente al sur chileno.

Una vez quitado el radar habrá que realizar una profunda investigación que avance sobre las responsabilidades que en esto tuvo, sin la menor duda, el gobierno fueguino. Triste ha sido el papel de la Legislatura Fueguina que se limitó a pedir informes sin accionar ante la falta de respuestas en tiempo y forma.

Esto no ha sido una desprolijidad administrativa sino el resultado de una voluntad política que aún no sabemos a qué responde. Por eso, no abandonaré esta cuestión hasta que se esclarezca el caso porque su resolución no depende de la Justicia sino de la política. Política ha sido la decisión de permitir que este radar se instale y política debería ser la sanción para hasta el último de sus responsables.

Fuente: Prensa Senador Pablo Blanco

Por: Boca de Pozo

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